Texto y fotos. Carlos Lázaro.
Desde hace tiempo, cuando tuve un trabajo a la vera del Paseo de
la Reforma, la avenida más emblemática de la Ciudad de México, con ese vicio
que se hace de ser un "Godinez" en los corporativos de la avenida más
cotizada de la ciudad, pues uno se da a la tarea, junto con otros compañeros,
igual de godinez que uno, a realizar todo tipo de exploraciones gastronómicas
en la geografía que se comprende desde dos frentes. No más allá del Circuito
Interior y no más allá de la Avenida Chapultepec, pues esas incursiones
representan una caminata a rincones más lejanos y quien sabe si nos dé tiempo
volver a tiempo para seguirle al trabajo.
Y como Reforma se vuelve un vicio, los lugares de la comida entre
compañeros se vuelven lugares necesariamente recurrentes y hasta rituales; ya
por ejemplo, cada que un compañero se despedía por cambio de oficina en busca
de nuevos aires o persiguiendo un nuevo proyecto, se le dedicaba una última
comida en el Boro's de la Colonia Roma, con todo y sus carnitas de puerco. Y
así por el estilo.

Sin embargo, entre ese espacio que hay entre la Estela de Luz y el
Ángel de la Independencia, y como ya dije, entre el Circuito Interior y la
Avenida Chapultepec se revuelve un mar gastronómico fantástico, entre los
escenarios más dignos de la ciudad, con una amplia oferta que va desde los
tacos en puesto de a pie como "el Quebrachito" hasta los más lujosos
restaurantes de la CDMX, como podría ser Casa Bell, o sitios que se han vuelto
tradicionales como Los Canarios del Hotel Four Seasons y la ya famosa terraza
del Restaurante Diana en el Hotel Saint Regis con su "brunch"
inmejorable, o sitios vegetarianos que cobran cierta popularidad como el
restaurante "Yug".
Cocinas de todo tipo, desde comida Italiana, a comida Japonesa, no
faltan los tacos al pastor magníficos de la taquería "La Palmera" y
las enchiladas en dos diferentes sedes de "La Casa de las Enchiladas"
que hacen una verdadera verbena cada que cumplen un año más. Bueno, pues en
este amplio escenario gastronómico y democrático, se departen charlas geniales
o intrascendentes, se toman decisiones románticas y corporativas, hay un lugar
en el que aquellos años desfilé durante varias ocasiones para bien comer y les
platicaré un poco.

En la calle de Hamburgo 281, casi esquina con Toledo, colonia
Juárez, a dos cuadras del Paseo de la Reforma, se encuentra un comedor breve
pero extraordinario de nombre "Baguetterías", un lugar que se luce
con sus ensaladas pero más según veo con su deliciosa sopa del día, que es
regularmente una delicia hecha de papas y poro, bien caliente, por lo que hay
que esperar algunos minutos. Y aunque hay sandwiches, las baguettes, como
ustedes imaginarán por el nombre son la pieza estrella de este establecimiento,
mismas que se degustan apenas se concluye con su rica sopa y donde, las
baguettes que yo prefiero suelen ser las de pollo, es decir, la
"pavito" la "pollero" y la "cordon blue", que se
componen de queso tipo Gouda, jitomates sazonadas, aguacate, la lechuga,
pimientos y sí, claro, también cebollita cocida.
Para una comida sana, sin los excesos que lleva de sí la rica
comida mexicana, a veces hace falta hacer un viraje y buscar este tipo de
experiencias gastronómicas.
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