Texto y fotos. Carlos Lázaro.
Para el
capitalino andado, es de saber común que Tacubaya es uno de esos lugares por
los que se tiene que pasar en algún momento de la vida, si no es que del año,
del mes, o del día. Pero se pasa por Tacubaya, eso que ni que. "Vaya a
donde vaya, no hay como Tacubaya" reza el antiguo dicharacho.
A
Tacubaya se puede entrar por diferentes flancos, frentes o rutas, pero lo común
y espectacular, lo que te deja marcado en la vida, es llegar a Tacubaya desde
Chapultepec sobre la antigua Avenida Jalisco, que tiene de marco
principal la bifurcación del camino, el que va a San Ángel por la izquierda, y
el que va a Toluca, por la derecha. Un elemento de belleza arquitectónica
indiscutible separa ambas vías, la magnífica mole art decó del Edificio Ermita
proyectada en 1929 por el arquitecto Juan Segura. Es sin duda uno de los
espacios más emblemáticos que puede tener la ciudad de México.
Hace
cerca de un lustro, el enorme letrero de Coca - Cola que este edificio
ostentaba lo afeaba enormemente. Pero a raíz de la caída accidental de una
parte de este, ya lleva un buen rato libre de anuncios en su muro frontal
y ojalá que siga ahí siempre, y espero lo mismo, que el negocio que está justo
a los pies de este edificio siga ahí siempre. me refiero al puesto de las
Hamburguesas de Sotelo que a nivel de piso, recibe a cientos de clientes todos
los días y todos en busca de sus legendarias hamburguesas.
Cierto es
que la hamburguesa puede considerarse un platillo común y corriente. Sin
embargo hay lugares que por sus métodos y sabores finales, vale bien la pena
considerar como lugares de comida típica, rica y popular, además, siempre habrá
una tarde o una noche en que se nos antoje una buena hamburguesa al
carbón como las preparan en este establecimiento. Ahí en Tacubaya se las
puede encontrar las 24 horas en servicio.
El
indiscutible encanto de estas hamburguesas radica en su buen servicio, así como
por el tamaño, que aunque sin ser muy grandes, vienen bien surtidas y claro, su
sabor al carbón, que les da un toque distintivo, versus otros establecimientos
de calle en los que únicamente se utiliza una plancha con gas y se usa la
terrorifica mantequilla que le da cierto sabor dulzón al producto final. El
carbón, en todo caso nos remite al principio de los tiempos, cuando la carne se
preparaba a pleno fuego. Dicen que estas hamburguesas provienen originalmente
de Lomas de Sotelo.
No he
tenido aun el gusto de acudir a aquellas, pero estas de Tacubaya me parecen
elogiables, sobre todo en en donde la hamburguesa hawaiana es la más popular
junto con una orden de papas a la francesa. Hay que ir ya entrada la noche para
reconocer su riqueza o en horario de comida para olvidar un poco los
asuntos de la oficina. Una cosa me queda siempre clara, Tacubaya comienza en las Hamburguesas de Sotelo.
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