Texto y Fotos. Carlos Lázaro
La Ciudad de México, como un
inmenso mar, es tanto más que ir solamente a los corredores habituales de
comida y antojitos; no puede ser contenida del todo en una guía o en un
catálogo, pues es como una galaxia tan enorme como inabarcable. Apenas en nuestra
modestia humana y sobre todo modestia chilanga, podemos darnos el lujo de
mapear mentalmente algunos sitios. La mayoría de los barrios son sin embargo
predecibles en términos de contar todos con una taquería, una tortería o algún
otro negocio de antojitos memorables como los tacos de birria o barbacoa.
Una noche,
andando por la Sierra de Santa Catarina y sus volcanes de piedra tezontle que
presiden el oriente del paisaje de la CDMX, y regresando hambriento de la
cumbre del volcán de Guadalupe, me volví desde Tlaltenco, a través de la línea
12, pero recordé en algún momento, haber visto una taquería en Culhuacán y
decidí hacer una escala gastronómica por aquel amplio negocio de concurrida
clientela.
Culhuacán,
se disputa ser uno de los poblados más antiguos de la Cuenca de México. Sin
duda lo es, pues se habla de su origen tolteca hacia el año 1000 antes de
cristo. Siempre fue un pueblo con una localización privilegiada a la orilla del
gran lago de Texcoco y con paso navegable hacia Xochimilco. La incuria e
industrialización rapaz del siglo XX arrancó el lago y el agua de sus orillas,
sin embargo es un interesante pueblo originario absorbido por la gran ciudad.
Si bien los
tacos no son antiguos como su propio linaje y tiempo cultural, -aunque tal vez
sí- "El Paisa Chilaquil" es sin duda un gran lugar para explorar la
geografía del taco en la CDMX. Lo mejor de todo es su ubicación justo debajo de
la estación del metro Culhuacán, a nivel de calle, es decir a la vera de la
avenida Tláhuac.
No hay
básicamente ausencias taqueras en este amplio local -pues hay taquerías
bastante chicas- lo mismo se puede uno embelesar ante 3 de suadero o longaniza,
que ante dos de tripa, bastante buenos y 4 de pastor, grandiosos, a buen
término siempre con una cerveza mexicana o "para los tristes Coca
Cola". Pero además de ello no faltan el bisteck pleno y jugoso, la
pechuga de pollo con queso, que son de antología y a complementar con su buena salsa; sume la posibilidad de
agregar pápalo, que es para los conocedores el complemento perfecto de un
taco.
Entre otros
encantos de este Paisa Chilaquil, abundan los tacos de cecina, al natural y
enchilada, así como los alambres que llevan su queso fundido y se preparan en
un par de tortillas de acuerdo al gusto y alegría del comensal en cuestion. No
se preocupe por el horario, pues El Paisa Chilaquil acostumbra no cerrar, por
lo que si Culhuacán es uno de esos pueblo originarios y usted quiere
comprobarlo no debe dejar pasar una parada gastronómica por el Paisa
Chilaquil.
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